La renovada selección masculina se quedó con la plata al caer ajustadamente ante EE.UU. en Córdoba. Gran torneo de los chicos.
Se escapó en el final. Duele pero no se debe dejar de mirar el tremendo campeonato que esta selección, renovada por donde se la mire, realizó a lo largo de la primera FIBA AmeriCup. Argentina asumió el compromiso del nuevo torneo como ninguna otra selección. Primero, desde lo organizativo quedándose con la sede de un grupo y del Final Four. Luego, desde el armado y la preparación del equipo, entrenando durante un mes al máximo grado de exigencia, puntos clave para este cuerpo técnico y parte del legado de la Generación Dorada.
Y si bien se sabía de antemano que Argentina sería parte del Final Four como anfitrión, y que no había plazas en juego a un gran torneo como en anteriores ocasiones, el equipo salió compenetrado a demostrar su trabajo y su entrega. Lo hizo con creces. Bahía Blanca marcó el debut oficial para varios de los integrantes en un torneo continental, y para un equipo que por primera vez en mucho tiempo no contó entre sus filas con un medallista olímpico (Luis Scola alcanzó a jugar pocos minutos y luego se retiró por lesión).
Manejando los hilos, impuso su vieja estirpe de juego defensivo y su nuevo ataque, más rápido y atlético aprovechando las piernas del conjunto más jóven del torneo (24 años de promedio). Tuvo sus lagunas, sobretodo en ofensiva, pero también en esos momentos aparecieron las individualidades para cerrar los dos partidos más chivos (Venezuela y Canadá). Cerró la fase de grupo ante la sorpresa Islas Vírgenes, que jugó sabiendose clasificada y aunque ofreció poca resistencia sirvió para descansar y rotar a todo el equipo. Llegaba la hora de la definición en Córdoba.
Sergio Hernández lo diría en la conferencia pospartido, pero Argentina ya había cumplido el primer objetivo, y con creces: establecer una identidad de juego y encontrar el equipo. Incluso, los jugadores con menor experiencia internacional aportaron lo suyo, como fue el caso del cordobés Javier Sáiz, figura en la semifinal ante México. Con un equipo mucho más atlético y veloz, Argentina hizo pagar a México sus errores, varios de ellos fruto del gran trabajo defensivo, y terminó castigando 84-67 al equipo azteca para meterse en una nueva definición continental, igual que en 2015.
La expectativa seguía creciendo aun con los esfuerzos por calmarlos. Argentina estaba a las puertas de una final, algo que "parece habitual, pero no lo es" insistiría Hernández tras la semifinal. Y lo hacía con un equipo casi nuevo en estas competencias. Enfrente, eso sí, aparecía el rival de siempre: Estados Unidos. Sin grandes figuras pero con un equipo ordenado defensivamente, sembraba incertidumbre sobre el choque ante Argentina, ya que había tenido que batallar duro ante Uruguay en Montevideo y no había antecedentes para revisar.
El Orfeo lució como en sus mejores días de basquet, que no son tantos. Héroes de antaño en la tribuna: Milanesio, Campana, Rubén Magnano. Y los de hoy día en el parquet: Campazzo, Garino, Sáiz. Y lo que se vivió fue un verdadero partidazo de básquetbol. Argentina, como a lo largo de casi todo el torneo, impuso su juego en el arranque. Defensa agresiva, con Garino y Campazzo muy activos, ataques rápidos y un buen momento de Brussino (12 pts, 3 as) para cerrar el primer cuarto arriba 22-15. Siguió castigando el equipo de Hernández en el segundo, ante un errático rival que no encontraba los caminos en ataque y sufría muchos puntos en su tablero. Eso sí, comenzaban a aparecer las faltas en el lado albiceleste. Campazzo cerró el primer tiempo con un triple para estampar el 42-27.
Regresados del descanso largo, Argentina siguió efectivo y llegó a sacar la máxima de 20 (50-30) promediando el cuarto ante un estadio que hervía con cada conversión. Pero la reacción era esperada y llegó. Estados Unidos ajustó la defensa, secó al equipo nacional y comenzó a atacar el canasto con un juego más físico. Llegado este punto empezó a cobrar protagonismo quién no debía: la pareja arbitral. Los jueces, en especial el panameño Julio Anaya y el brasilero Guilherme Locatelli, empezaron a sentir el peso del partido y la presión del público y a equivocarse seguido. Patricio Garino, reemplazado largamente por Maximo Fjellerup debido a sus 3 faltas tempraneras, reingresó y automáticamente le marcaron la 4ta falta en una cortina ofensiva. El conjunto argentino debió arreglársela en el momento más complicado sin uno de sus mejores jugadores defensivos. Suerte similar corrían Delía y Campazzo, cargados de faltas. Sin respuestas ofensivas, Estados Unidos redujo la diferencia a 6 (56-50) al entrar al último cuarto.
Lejos de encontrar la vuelta, la tónica fue similar, con aun más preponderancia de los jueces y sus decisiones. Estados Unidos defendía y Argentina no tenía variantes en ataque. Sólo Brussino con sus triples y las penetraciones de Campazzo conseguían sumar puntos para el local. La visita pasó al frente y llegó a sacar 7 de luz (63-70) cuando restaba menos de la mitad del cuarto. Allí, Hernández pidió minuto y enojado mandó a su equipo a defender toda la cancha. Los pibes, como ante Canadá, respondieron y el equipo empujó. Ya sin Garino, afuera por 5 faltas, Brussino suguió castigando desde lejos y a fuerza de mucha entrega el equipo llegó al cierre en partido, pero pese a que Estados Unidos erró muchos libres y dejó con vida a la albiceleste, los tiros argentinos no tuvieron puntería y el encuentro acabó 76-81 en favor del visitante.
Fue una final cargada de dramatismo, que terminó con un estadio aplaudiendo al bravo equipo nacional y enfurecido con los jueces, en un cierre con silbidos que pudo haber sido evitado. Argentina se colgó una nueva medalla, de plata como en 2015, que sabe mucho más teniendo en cuenta que se trata de la primera experiencia en este nivel de este nuevo equipo. Un conjunto que tendrá mucho camino por delante y que muestra un gran futuro, teniendo en cuenta que vendrán las ventanas eliminatorias para el Mundial de China 2019. Enorme entrega, trabajo, sacrificio y talento de este joven equipo argentino que dará que hablar en lo venidero.
PARTIDOS DE ARGENTINA - Fase de Grupos
Domingo 27 de agosto :: Argentina 67-62 Venezuela (VER)
Lunes 28 de agosto :: Canadá 86-92 Argentina (VER)
Martes 29 de agosto :: Islas Vírgenes de EE.UU. 58-104 Argentina (VER)
Semifinal
Sábado 2 de septiembre :: Argentina 84-67 México (VER)
Final
Domingo 3 de septiembre :: Estados Unidos 81-76 Argentina (VER)
Por: Marcos Bernaola